Algunas generaciones después de la presencia de Cristina Mato Grosso (considerada la dama del teatro en Mato Grosso do Sul) y de mujeres artistas, como Lu Bigatão y Roma Romã, con actuaciones significativos en la historia del teatro en la región, Lígia Prieto abre el camino para fortalecer la presencia de las mujeres en la escena actual del estado.
Con una formación en Psicología (graduación y especialización) e inspirada por escritoras como Clarice Lispector y Hilda Hilst, Lígia profundiza en los sentidos y sentimientos de ser mujer en la actualidad. Comenzó su relación con la escritura muy pronto, cuando se inscribió en un curso de poesía alrededor de los 7 años. Animada por su familia, también inventaba historias en pequeñas obras para presentarlas en las fiestas familiares. La poesía ha estado siempre en su vida cotidiana, en sus invenciones de niña y en el legado de la mirada refinada y sensible que le dejó su madre, también poeta.
Junto con la poesía, plantea su agudo instinto en la dimensión creativa, casi siempre atropellada por la vida, como suele decir, porque se deja afectar por los acontecimientos de su vida y de su alrededor. Busca/tiene sus sentidos abiertos a una libertad para transformar todo en palabras, en narrativas. Y a partir de esta libertad, Lígia aprovecha para escribir dramaturgias, cuentos y guiones, mostrándonos su versatilidad artística, que también se manifiesta en su trabajo como actriz, directora de teatro y profesora, actuando en teatro y audiovisual.
En sus dramaturgias, siempre está presente la mirada femenina. No sólo la mirada, sino los sentimientos, el flujo de pensamientos y percepciones. Siempre está la mujer como eje determinante de la acción, de la trama, como un uróboro (la imagen mística de la serpiente que se muerde la propia cola; que siempre vuelve a sí misma). Un eterno retorno. Una espiral de reconstrucción. Todo partiendo siempre de la mujer y volviendo hacia ella misma.
En Eleonora (2020), el personaje, una mujer mayor, se descubre y se reconstruye a partir de la relación afectiva con otra mujer, que también se expande y ayuda en la reconexión de la nueva pareja. Son mujeres que descubren que pueden amar y ser amadas en cualquier momento y a cualquier edad. Y que pueden trabajar, ser emprendedoras, dueñas de su propia historia. También en Eleonora, una marca regional se revela sutilmente en la construcción de una dramaturgia fragmentada –con propuestas de escenas que se repiten, como flashbacks, revelando poco a poco otras capas de la narrativa y de los sentimientos de los personajes–, como la figura del personaje que es lechero y reparte leche diariamente (práctica todavía común en algunas ciudades de Mato Grosso do Sul). Esta obra formó parte de la programación virtual del ciclo de lecturas Dramaturgas Brasileñas, con curaduría de la dramaturga y directora Renata Mizrahi, en 2021.
La investigación de las percepciones femeninas sobre cuestiones relacionadas con la apariencia, el machismo en las relaciones y en el trabajo, pero también los cruces y desencuentros con el amor, aparecen también en sus dramaturgias para la infancia y la juventud, a las que también se dedica. Por citar algunas de las obras en este ámbito: Romanceiras da Cidade Grande –Romanceras de la Gran Ciudad– (2021), A borboleta mais velha do mundo –La mariposa más antigua del mundo– (2021) y Dona Joaninha e o Eclipse Solar –Doña Juanita y el eclipse solar– (2021). Lígia nos muestra el interior de los personajes, de la niña, de la mujer de mediana edad, de la mujer madura, incluso cuando hace uso de metáforas, fábulas y poesía. En este sentido de mirar hacia adentro, algunas rúbricas incluso señalan que algunas líneas no son necesarias para ser pronunciadas, aunque estén escritas allí.
Como persona ávida por la palabra, ha acumulado unos 40 textos dramatúrgicos en su trayectoria profesional. Casi todas escenificadas por el Grupo Casa, que mantiene desde 2014 en la ciudad de Campo Grande, en colaboración con otras y otros artistas. Junto al grupo, ofrece cursos gratuitos de formación teatral para niños, jóvenes y adultos. Los procesos formativos han sido uno de los motores propulsores de sus procesos creativos, y también para resonar sus investigaciones sobre la mujer, especialmente de pensar y afirmar el lugar de la escritura femenina en el teatro contemporáneo.
(Carin Louro)