Francisco Mallmann, artista de Curitiba, trabaja en la intersección entre la poesía, la performance, la literatura, la dramaturgia y la crítica de arte. Se graduó en Artes Escénicas por la Facultad de Artes de la Universidad Estatal de Paraná (FAP/UNESPAR) y en Comunicación Social –Periodismo– por la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUCPR). Finalizó su maestría en Filosofía también por la PUCPR. Actualmente desarrolla su doctorado en Artes Escénicas en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), bajo la supervisión de Eleonora Fabião, con la investigación titulada Ver, rever, desver, escrever: proposições estéticas decoloniais em uma escrita dramatúrgica performativa –Ver, rever, desver, escrever: proposiciones estéticas decoloniales en una escritura dramatúrgica performativa–.
Ha publicado cuatro libros: Haverá festa com o que restar –Habrá fiesta con lo que restar– (2018, editorial Urutau), Língua pele áspera –Lengua piel áspera– (2019, editorial 7letras), América (2020, editorial Urutau) y Tudo que leva consigo um nome –Todo lo que lleva consigo un nombre– (2021, editorial José Olympio).
Es importante contextualizar el trabajo de Francisco en los colectivos de los que forma parte. Su actividad también presenta un campo de acción ético, estético y político que contribuye al entendimiento de su obra. La producción en colectividad ayuda a comprender la dinámica de su escritura. En su texto Para não morrer –Para no morir–, escrito en diálogo con la obra de Eduardo Galeano, el encuentro con la actriz Nena Inoue presenta temas femeninos con ficciones a veces cercanas y a veces distantes de la vivencia de la propia actriz, en elaboraciones que fueron creadas en la sala de ensayos junto a Nena. Además, Francisco forma parte de los colectivos Casa Selvática, como artista residente, y Membrana Literaria, un grupo de escritoras.
Membrana Literaria es un grupo de escritoras creado en 2017 que se interesa por el intercambio horizontal y sin ningún tipo de liderazgo, con el objetivo de mostrar y debatir la producción de la escritura en cualquier formato. Se define como una “red afectiva, crítica y colaborativa”. Además de los continuos encuentros, el grupo ya ha celebrado actos literarios, publicaciones colectivas y acciones performativas.
Selvática es un colectivo de artistas de diferentes lenguajes que pretende fomentar la creación colaborativa. Los participantes se llaman a sí mismos residentes, para indicar la autonomía de los participantes en la construcción de las acciones, distanciándose del formato del teatro de grupo. En el artículo “Heliogábalus e Selvática: arte, resistência e quartzo rosa” –“Heliogábalos y Selvática: arte, resistencia y cuarzo rosa”–, escrito por Henrique Saidel y Amábilis de Jesus da Silva, encontramos algunos elementos que demarcan de la actuación del colectivo: “reflexiones críticas sobre el arte contemporáneo y sus estructuras y políticas, relación con lo colectivo, el grupo y la creación de un espacio de intercambio, investigación y búsqueda de nuevos formatos de producción de conocimiento, producción de un arte contemporáneo profundamente comprometido con la realidad brasileña y latinoamericana en una de las ciudades más frías del país, así como la construcción de un espacio de experimentación identitaria, permeabilidad entre lenguajes artísticos, hibridismo, proceso y descentralización”. Estos preceptos están profundamente relacionados con la obra de Francisco, como señalamos a continuación.
Presentaremos la escritura de Francisco desde tres enfoques: intersección entre géneros literarios, oralidad e identidad de género.
La intersección entre los géneros literarios nos parece una vía primordial para la discusión sobre las obras de Francisco. Debido a este dispositivo no diferenciaremos la escritura del autor desde las demarcaciones del lenguaje. La dramaturgia, la poesía y la crítica se confunden y se alimentan mutuamente. Como primer ejemplo, en su libro más reciente, Tudo que leva consigo um nome –Todo lo que lleva consigo un nombre–, además de encontrarnos con una oralidad intrínseca al teatro, nos encontramos con una conducción casi imperceptible de un recorrido de esa voz que dice, de un personaje que presenta destellos de su vida a lo largo del libro. Los poemas se construyen a partir de una interlocución con Fernando, a quien se dirige la voz que habla en la poesía. Esta construcción refuerza la idea de la escritura en diálogo, aunque no oigamos la respuesta de a quién va dirigido el texto.
Más allá de las construcciones lingüísticas que refuerzan el tránsito entre los géneros de la escritura poética, Francisco también aporta a sus textos una dimensión performativa. Las palabras ocupan el espacio a través de banderas, tarjetas, carteles, notas lanzadas desde lo alto de un edificio como invitación. La escritura de Francisco atraviesa la página del libro y compone (o fisura) el paisaje.
La oralidad presente en toda la escritura de Francisco nos invita a una traslación que refleja la construcción de la asamblea, la narración de historias colectivas. La oralidad aparece aquí no sólo como una ingeniosa musicalidad, una cuidada elaboración del autor, sino sobre todo como un acto político que refuerza la condición de la voz como construcción decolonial que tiene estructura propia, en resistencia a la cultura letrada hegemónica. Como contrapunto a la imposición operativa de una escritura europea elitista, en los textos de Chico la oralidad también retoma el poder de construcción narrativa más allá del poderío de la blanquitud. Esta cuestión nos parece central en el libro América, que, a pesar de ser publicado como poesía, fue escrito originalmente como dramaturgia y representado por Francisco en diversos espacios culturales de la ciudad de Curitiba. Francisco comienza el texto con las siguientes indicaciones: “este texto fue creado en voz alta / para ser leído en voz alta / para ser impreso en voz alta / para ser publicado en voz alta / para ser compartido en voz alta / para ser silenciado en voz alta / para ser olvidado en voz alta”. En América, pero también de forma latente en toda la obra de Francisco, hacer hincapié en la oralidad es rescatar una ancestralidad no sólo brasileña latinoamericana, sino también africana y femenina.
Por otro lado, el artista e investigador Caio Arnizaut Riscado define la producción de Francisco como poesía marica, a partir del diálogo con el libro Haverá festa com o que restar –Habrá fiesta con lo que restar–. El investigador articula la promesa del futuro como una condición LGBTQIA+, un sentido de resistencia a través de la fiesta por venir. En esta y otras obras, nos damos cuenta de que es a través de la escritura como Francisco cree que las sexualidades disidentes pueden manifestarse como la construcción de un futuro posible, una invitación a reinventar la realidad. La violencia de los cuerpos se subvierte en su escritura y así nuevas narrativas se tornan posibles.
En resumen, es imposible leer la obra de Francisco sin considerar un territorio que discute los marcadores decoloniales de raza y género. La poética del autor se erige principalmente como una contranarrativa que amplía las nociones hegemónicas que categorizan la escritura y, especialmente, la existencia humana.
(Lígia Souza Oliveira)