jô bilac

Rio de Janeiro - RJ

Fragmento Teatral

CELIA –Así es, no sirve de nada exaltarse en estos momentos. Mírame... (Edilamar da unos golpes con la pelota en la pared, como si estuviera entrenando.) Nada me aborrece. ¿Qué? ¡Nada! Si me enfadara con eso... así que paso. De un colegio a otro, trabajando como una mula, autobuses abarrotados, atascos, calor africano, aulas petadas de alumnos, subir y bajar escaleras, colas en el banco, pagar facturas, entregar encargos, recoger encargos, agendar citas con el médico, corregir exámenes, alumnos gritando, metiéndote el dedo en tu cara, contestando al teléfono, escuchando música a todo volumen, cagando en ti y en tu crisis de mediana edad, ¿y crees que me voy a quemar la cabeza por ello? (Encogiéndose de hombros.) Quiero que el mundo se acabe en la playa para poder comer pescado frito. (Vemos a Tía Paloma entrando en el colegio por el pasillo de la izquierda.) Aquí... Echa un vistazo a esta maraña... (Coge el examen de un alumno de entre sus cosas y lo lee en voz alta.) Rafael, de la 602. ¿Cómo se reproducen las enzimas? Fíjate en su respuesta: “Las enzimas se reproducen con facilidad y habilidad, porque sólo hay que estar una enzima de la otra”. Y esta otra: “¿Cuál es la función del esqueleto? Invadir el castillo de Greyskull”. ¿Ves? ¿Eso crees? Creen que somos payasos, y se burlan de nosotras. ¿Crees que eso me aborrece? Eso es lo que quieren... Que terminemos como Vivian. Pero esa es la cuestión, nada me aborrece. Conmigo las cosas no son así de sencillas.

EDILAMAR –Oye hablando de eso... ¿Sabes algo de Vivian? ¿Está bien, le han dado el alta...?

CELIA –Bueno, ya sabes, así así… Hablé con su marido, dijo que reconoce a la gente, pero no dice nada... Duerme mucho. Descansando, los medicamentos... Iré el fin de semana, si te animas y quieres venir conmigo...

EDILAMAR –¿Pero ya puede recibir visitas?

CELIA –Mira, eso no lo sé, pero sí sé que antes de todo esto me hizo un pedido y no me lo pagó. Y en eso morí sin mis 200 platas. Voy a llamar a su puerta, no quiero ni saberlo.

EDILAMAR –Haz una rifa...

CELIA –Pero es ese kit de nueces de macadamia... ¿sabes? El de la tapa dorada.

EDILAMAR –Ah... si fuera el de pitanga lo compraría.

CELIA –¿Cuál? ¿El de la tapa azul?

EDILAMAR –Sí...

CELIA -–Si supiera... Subí ayer a Petrópolis. (Comienza a mostrar los productos en venta: chamarilería, cosméticos y ropa.) Podría haberlo traído, no dijiste nada...

EDILAMAR –No, pero voy justa de dinero, que no puedo...

PALOMA –¡Buenos días, gente! Disculpa por llegar tarde.

EDILAMAR (Enseñando el reloj.) Buenas tardes, ¿no?

PALOMA(Achicharrada, pero siempre angelical.) Vaya, afuera hace un sol de justicia. Qué calor hace... (Refiriéndose a los productos que Celia está mostrando a Edilamar.) Oh, no, te lo agradezco, pero no puedo permitírmelo este mes, lo dejaré para la próxima vez. Me alegro de que lo hayas reservado aquí. Las aulas son como un horno. (Edilamar y Celia sin fijarse mucho en Paloma, siguen negociando quincallerías y valores) Hace demasiado calor... ¿Dónde vamos a parar? (Aturdida por el calor, se hace aire y apoya la cabeza con las manos, refrescando su cara con la temperatura de su botella de agua. Mientras habla Paloma, Edilamar va al baño a probarse una blusa.) Pronto ya no podremos salir a la calle ¿eh? Dios mío. Sales a la calle y llega una ráfaga de aire caliente... parece que estás dentro de una boca. Llena de dientes. Masticando. Hablando con la boca llena. A veces pienso que por eso todos están un poco así, convulsos... Es el calor... No puedes ni pensar con claridad... Todo pegadizo... Todo inflamado... “El calor lo distorsiona todo”. Escuché eso ayer. Ojalá hubiera sido de una persona real, pero fue en el teatro. Por eso, cuando puedo, voy al teatro. Para ver a la gente de mentira diciendo la verdad, para escapar un poco de esa gente de verdad que sólo dice mentiras... Me estuve preguntando a mí mismo... ¡Dios mío! Esto es algo tan antiguo y la gente todavía se involucra y participa. Acabas de llegar de la calle, en un rato tu cuerpo se acostumbrará. Ve al baño y échate agua en la cara.

Sale y se cruza con Edilamar que vuelve del baño.

EDILAMAR (Haciendo referencia a la blusa.) No ha quedado bien... Marca mucho aquí.

CELIA –Tengo otra opción: ¡rayas!

EDILAMAR –Las rayas me engordan, pero son bonitas, ¿eh? ¿Cuánto cuesta?

CELIA –Mira aquí... Buen material...

EDILAMAR –Sí, muy bueno el tejido.

CELIA –Sí sí, muy fino. No es el tipo de basura que te van empujando…

EDILAMAR –¿Cuánto?

CELIA –Mira, yo te hago esto, más la crema hidratante, más ese acondicionador que sé que te está acabando, te lo dejo por siete cuatro.

EDILAMAR –¡Uy, no, es mucho! Con lo poco que cobro…

CELIA –Guapa, pues págalo con el sueldo del 13º mes…

EDILAMAR –Cuento con ello para sobrevivir en enero, guapa…

Mientras los dos regatean los valores, Paloma sale del baño y los textos se cruzan.

PALOMA (Volviendo del baño.) No hay agua. A eso me refiero, ¿ves? Todos los años, lo mismo. Cuando empiezan las vacaciones, lo racionan. Creen que eso es la sostenibilidad. Piensan que si no hay estudiantes, ¿para qué tener agua? ¿Quién está aquí? No deberían estar aquí, deberían ocuparse de la vida. ¿Qué vida? Con este calor, ¿quién vive? Esta ciudad es cada vez más cara, ¿quién vive? Todo caro, todo lleno de gente, con el calor que hace, no es para ti, esta ciudad no es para ti, tú no eres para ti. Eres para el otro (Grita hacia afuera.) ¿¡Qué dices!? Pero aquí hay gente y no animales, ya te lo digo. Y aunque fuéramos animales, no se les niega agua.

Celia y Edilamar ponen cara a Paloma. Un silencio incómodo entre las tres. Permanecen así durante un tiempo.

PALOMA (Con dulzura.) ¿Alguien sabe algo de Vivian?


(Fragmento de Conselho de Classe –Consejo Escolar–)



Jô Bilac es dramaturgo.

escucha la entrevista:

Apresentação Critica

Jô Bilac es uno de los dramaturgos más productivos y escenificados de Brasil. Con una producción continua, el autor de Río de Janeiro ha puesto en escena 18 textos en los últimos 10 años. Ganó el Premio Shell de Dramaturgia 2011 por el texto Savana Glacial –Sabana Glacial–, recibió el Premio Cesgranrio 2014 como mejor autor, así como el Premio APTR, APCA-SP, FITA, Shell y Botiquín Cultural por el texto Conselho de Classe –Consejo Escolar–. Beije minha lápide –Besa mi lápida– fue nominada a los premios APTR y Shell 2015 como mejor dramaturgia, Fatal recibió una mención en los premios Shell y Cesgranrio 2016, y Río Diversity fue nominada en la categoría de proyecto de innovación en los Shell 2017. Estos son sólo algunos de los premios y nominaciones de Jô Bilac, corroborando el reconocimiento que el autor viene recibiendo en Brasil y en el extranjero. 

Sus textos han sido puestos en escena por importantes nombres del teatro brasileño, como Bia Lessa, Monique Gardenberg, Marco Nanini y Daniela Thomas, y también ha tenido numerosos montajes y publicaciones fuera del país, en lugares como París, Nueva York, Estocolmo, Bogotá y Londres. Su texto Fluxorama –Flujograma– fue publicado por la prestigiosa Universidad de Yale, en Estados Unidos. Bilac también ha sido invitado a dar conferencias en diversas ferias literarias fuera del país, como en Francia, Alemania, Suecia, Colombia, Italia y Estados Unidos, y en varias ciudades de Brasil, donde su obra es ampliamente estudiada, tanto en los cursos de teatro de las universidades como en los de formación en dramaturgia, que, gracias a importantes movimientos encabezados por dramaturgos actuales, están en crecimiento. 

“El teatro es cada vez más, para mí, el lugar donde podemos revisar nuestra propia historia y nuestra condición humana. Esta paradoja entre la vida y la muerte me conmueve mucho”, dice Jô Bilac. El dramaturgo, que confiesa haber sido un actor tímido, así como un director que llevó sus obras a escena, empezó a escribir a los 19 años y nunca dejó de hacerlo. Graduado en la Escuela de Teatro Martins Pena, en Río de Janeiro, el dramaturgo comenta que estudió interpretación porque no había enseñanza regular de dramaturgia, su pasión desde muy joven, y que eso le permitió mirar la escena como un todo y pensar en el trabajo con el texto también desde la perspectiva de la interpretación y la dirección. Así, en 2007, fundó la Compañía de Teatro Independiente, que se dio a conocer por producciones como ¡Cachorro! (2007) y Rebu –Rebullicio– (2009).

En 2013, con Conselho de Classe –Consejo Escolar–, puesta en escena por la Cia. dos Atores, Bilac alcanzó otro tipo de repercusión, consolidándose como uno de los nombres más talentosos de la nueva dramaturgia brasileña. En esta obra, asistimos a un cuestionamiento feroz y humorístico del sistema educativo, de la precariedad de la escuela pública y de las relaciones jerárquicas que caracterizan el entorno escolar. “Quería reflexionar sobre esta institución que enseña el verbo ‘to be’, pero no enseña los derechos y deberes de un representante del Estado, de un senador, los límites del poder de un presidente, por ejemplo. ¿Y qué hace que este lugar siga siendo tan conservador?”, dice el autor. En el libro, vemos un consejo escolar después de que la directora fuera agredida por un grupo de alumnos y a causa de ello estuvo de baja médica. El tema de la reunión se convierte en la propia pelea, revelando un teatro político que señala la violencia y el desequilibrio en las relaciones de enseñanza, cuestionando lo que entendemos por educación en un país como Brasil. Su obra ganó una adaptación de la Rede Globo, cadena de televisión brasileña, para la serie A última chamada –La última llamada– (2019), en la que el autor firma el guion. Como es recurrente en la obra de Jô Bilac, se destacan los temas sociales. 

En una entrevista concedida a revista Vogue, al ser preguntado por su inspiración para escribir en un país tan desigual, racista y poco representativo como Brasil, el dramaturgo responde: “Vengo de una cultura de la oralidad, como son las culturas africana e indígena, mis orígenes, que es lo que escribo. No escribo novelas, no escribo crónicas. Escribo guiones, escribo dramaturgias, porque es una forma de comunicarme con mi tribu y encontrar mi voz dentro de un mundo que me excluye. Un mundo que me dice todo el tiempo que ser negro es un impedimento para ser escritor. [...] No ocupo ese lugar que la sociedad espera de mí en mis textos, que es ‘el lugar del discurso de un negro’. En mis textos también hablo de la vida. Soy negro, así que todo lo que escriba también será negro. Me gusta cuando hay un diálogo más cosmopolita, pero sin perder el vínculo con su esencia, con su condición social...”.

Esta perspectiva aportada en el discurso de Jô Bilac acaba impregnando toda su obra, que tiene una fuerte marca existencialista, revelando cuestiones que problematizan nuestra humanidad y nuestra relación con el mundo. En Fluxorama –Flujograma– (2013), el autor investiga el flujo de los pensamientos de tres personajes en situaciones límite, retomando recuerdos y sensaciones, en un flujo de conciencia. En Insectos, publicada en 2018 por Cobogó, el dramaturgo da voz a una polifonía de insectos para abordar con humor y perspicacia temas humanos y sociales, poniendo de relieve también una situación límite. En Los mamuts, publicado por la misma editorial en 2015, cuestiona los males sociales, presentando a León, un joven que necesita un trabajo y acaba intentando ser contratado en Mamuts Food, una multinacional que fabrica hamburguesas con carne humana. La obra pone en cuestión el valor de la vida y los principios que tensan los límites entre la ética, el capitalismo y la supervivencia. Su última obra, Pá de Call –Pala de Call– (2021), puesta en escena con la Compañía Teatro Independente, problematiza las convenciones sociales vaciadas y cómo delegamos a otros la responsabilidad de nuestros propios sentimientos.

La obra de Jô Bilac, este joven y reconocido dramaturgo, es bastante compleja y consolidada, teniendo una gran diversidad de temas, ficciones y estilos de escritura. Sin embargo, las cuestiones sociales y existencialistas impregnan sus narrativas, caracterizando una visión del mundo y una firma propias. “Creo que la existencia es un misterio y dentro de este misterio no quiero desentrañarlo, sólo quiero hablar con él”, dice Jô Bilac.

(Camila Bauer)



Jô Bilac es dramaturgo.

Jô Bilac es uno de los dramaturgos más productivos y escenificados de Brasil. Con una producción continua, el autor de Río de Janeiro ha puesto en escena 18 textos en los últimos 10 años. Ganó el Premio Shell de Dramaturgia 2011 por el texto Savana Glacial –Sabana Glacial–, recibió el Premio Cesgranrio 2014 como mejor autor, así como el Premio APTR, APCA-SP, FITA, Shell y Botiquín Cultural por el texto Conselho de Classe –Consejo Escolar–. Beije minha lápide –Besa mi lápida– fue nominada a los premios APTR y Shell 2015 como mejor dramaturgia, Fatal recibió una mención en los premios Shell y Cesgranrio 2016, y Río Diversity fue nominada en la categoría de proyecto de innovación en los Shell 2017. Estos son sólo algunos de los premios y nominaciones de Jô Bilac, corroborando el reconocimiento que el autor viene recibiendo en Brasil y en el extranjero. 

Sus textos han sido puestos en escena por importantes nombres del teatro brasileño, como Bia Lessa, Monique Gardenberg, Marco Nanini y Daniela Thomas, y también ha tenido numerosos montajes y publicaciones fuera del país, en lugares como París, Nueva York, Estocolmo, Bogotá y Londres. Su texto Fluxorama –Flujograma– fue publicado por la prestigiosa Universidad de Yale, en Estados Unidos. Bilac también ha sido invitado a dar conferencias en diversas ferias literarias fuera del país, como en Francia, Alemania, Suecia, Colombia, Italia y Estados Unidos, y en varias ciudades de Brasil, donde su obra es ampliamente estudiada, tanto en los cursos de teatro de las universidades como en los de formación en dramaturgia, que, gracias a importantes movimientos encabezados por dramaturgos actuales, están en crecimiento. 

“El teatro es cada vez más, para mí, el lugar donde podemos revisar nuestra propia historia y nuestra condición humana. Esta paradoja entre la vida y la muerte me conmueve mucho”, dice Jô Bilac. El dramaturgo, que confiesa haber sido un actor tímido, así como un director que llevó sus obras a escena, empezó a escribir a los 19 años y nunca dejó de hacerlo. Graduado en la Escuela de Teatro Martins Pena, en Río de Janeiro, el dramaturgo comenta que estudió interpretación porque no había enseñanza regular de dramaturgia, su pasión desde muy joven, y que eso le permitió mirar la escena como un todo y pensar en el trabajo con el texto también desde la perspectiva de la interpretación y la dirección. Así, en 2007, fundó la Compañía de Teatro Independiente, que se dio a conocer por producciones como ¡Cachorro! (2007) y Rebu –Rebullicio– (2009).

En 2013, con Conselho de Classe –Consejo Escolar–, puesta en escena por la Cia. dos Atores, Bilac alcanzó otro tipo de repercusión, consolidándose como uno de los nombres más talentosos de la nueva dramaturgia brasileña. En esta obra, asistimos a un cuestionamiento feroz y humorístico del sistema educativo, de la precariedad de la escuela pública y de las relaciones jerárquicas que caracterizan el entorno escolar. “Quería reflexionar sobre esta institución que enseña el verbo ‘to be’, pero no enseña los derechos y deberes de un representante del Estado, de un senador, los límites del poder de un presidente, por ejemplo. ¿Y qué hace que este lugar siga siendo tan conservador?”, dice el autor. En el libro, vemos un consejo escolar después de que la directora fuera agredida por un grupo de alumnos y a causa de ello estuvo de baja médica. El tema de la reunión se convierte en la propia pelea, revelando un teatro político que señala la violencia y el desequilibrio en las relaciones de enseñanza, cuestionando lo que entendemos por educación en un país como Brasil. Su obra ganó una adaptación de la Rede Globo, cadena de televisión brasileña, para la serie A última chamada –La última llamada– (2019), en la que el autor firma el guion. Como es recurrente en la obra de Jô Bilac, se destacan los temas sociales. 

En una entrevista concedida a revista Vogue, al ser preguntado por su inspiración para escribir en un país tan desigual, racista y poco representativo como Brasil, el dramaturgo responde: “Vengo de una cultura de la oralidad, como son las culturas africana e indígena, mis orígenes, que es lo que escribo. No escribo novelas, no escribo crónicas. Escribo guiones, escribo dramaturgias, porque es una forma de comunicarme con mi tribu y encontrar mi voz dentro de un mundo que me excluye. Un mundo que me dice todo el tiempo que ser negro es un impedimento para ser escritor. [...] No ocupo ese lugar que la sociedad espera de mí en mis textos, que es ‘el lugar del discurso de un negro’. En mis textos también hablo de la vida. Soy negro, así que todo lo que escriba también será negro. Me gusta cuando hay un diálogo más cosmopolita, pero sin perder el vínculo con su esencia, con su condición social...”.

Esta perspectiva aportada en el discurso de Jô Bilac acaba impregnando toda su obra, que tiene una fuerte marca existencialista, revelando cuestiones que problematizan nuestra humanidad y nuestra relación con el mundo. En Fluxorama –Flujograma– (2013), el autor investiga el flujo de los pensamientos de tres personajes en situaciones límite, retomando recuerdos y sensaciones, en un flujo de conciencia. En Insectos, publicada en 2018 por Cobogó, el dramaturgo da voz a una polifonía de insectos para abordar con humor y perspicacia temas humanos y sociales, poniendo de relieve también una situación límite. En Los mamuts, publicado por la misma editorial en 2015, cuestiona los males sociales, presentando a León, un joven que necesita un trabajo y acaba intentando ser contratado en Mamuts Food, una multinacional que fabrica hamburguesas con carne humana. La obra pone en cuestión el valor de la vida y los principios que tensan los límites entre la ética, el capitalismo y la supervivencia. Su última obra, Pá de Call –Pala de Call– (2021), puesta en escena con la Compañía Teatro Independente, problematiza las convenciones sociales vaciadas y cómo delegamos a otros la responsabilidad de nuestros propios sentimientos.

La obra de Jô Bilac, este joven y reconocido dramaturgo, es bastante compleja y consolidada, teniendo una gran diversidad de temas, ficciones y estilos de escritura. Sin embargo, las cuestiones sociales y existencialistas impregnan sus narrativas, caracterizando una visión del mundo y una firma propias. “Creo que la existencia es un misterio y dentro de este misterio no quiero desentrañarlo, sólo quiero hablar con él”, dice Jô Bilac.

(Camila Bauer)



CELIA –Así es, no sirve de nada exaltarse en estos momentos. Mírame... (Edilamar da unos golpes con la pelota en la pared, como si estuviera entrenando.) Nada me aborrece. ¿Qué? ¡Nada! Si me enfadara con eso... así que paso. De un colegio a otro, trabajando como una mula, autobuses abarrotados, atascos, calor africano, aulas petadas de alumnos, subir y bajar escaleras, colas en el banco, pagar facturas, entregar encargos, recoger encargos, agendar citas con el médico, corregir exámenes, alumnos gritando, metiéndote el dedo en tu cara, contestando al teléfono, escuchando música a todo volumen, cagando en ti y en tu crisis de mediana edad, ¿y crees que me voy a quemar la cabeza por ello? (Encogiéndose de hombros.) Quiero que el mundo se acabe en la playa para poder comer pescado frito. (Vemos a Tía Paloma entrando en el colegio por el pasillo de la izquierda.) Aquí... Echa un vistazo a esta maraña... (Coge el examen de un alumno de entre sus cosas y lo lee en voz alta.) Rafael, de la 602. ¿Cómo se reproducen las enzimas? Fíjate en su respuesta: “Las enzimas se reproducen con facilidad y habilidad, porque sólo hay que estar una enzima de la otra”. Y esta otra: “¿Cuál es la función del esqueleto? Invadir el castillo de Greyskull”. ¿Ves? ¿Eso crees? Creen que somos payasos, y se burlan de nosotras. ¿Crees que eso me aborrece? Eso es lo que quieren... Que terminemos como Vivian. Pero esa es la cuestión, nada me aborrece. Conmigo las cosas no son así de sencillas.

EDILAMAR –Oye hablando de eso... ¿Sabes algo de Vivian? ¿Está bien, le han dado el alta...?

CELIA –Bueno, ya sabes, así así… Hablé con su marido, dijo que reconoce a la gente, pero no dice nada... Duerme mucho. Descansando, los medicamentos... Iré el fin de semana, si te animas y quieres venir conmigo...

EDILAMAR –¿Pero ya puede recibir visitas?

CELIA –Mira, eso no lo sé, pero sí sé que antes de todo esto me hizo un pedido y no me lo pagó. Y en eso morí sin mis 200 platas. Voy a llamar a su puerta, no quiero ni saberlo.

EDILAMAR –Haz una rifa...

CELIA –Pero es ese kit de nueces de macadamia... ¿sabes? El de la tapa dorada.

EDILAMAR –Ah... si fuera el de pitanga lo compraría.

CELIA –¿Cuál? ¿El de la tapa azul?

EDILAMAR –Sí...

CELIA -–Si supiera... Subí ayer a Petrópolis. (Comienza a mostrar los productos en venta: chamarilería, cosméticos y ropa.) Podría haberlo traído, no dijiste nada...

EDILAMAR –No, pero voy justa de dinero, que no puedo...

PALOMA –¡Buenos días, gente! Disculpa por llegar tarde.

EDILAMAR (Enseñando el reloj.) Buenas tardes, ¿no?

PALOMA(Achicharrada, pero siempre angelical.) Vaya, afuera hace un sol de justicia. Qué calor hace... (Refiriéndose a los productos que Celia está mostrando a Edilamar.) Oh, no, te lo agradezco, pero no puedo permitírmelo este mes, lo dejaré para la próxima vez. Me alegro de que lo hayas reservado aquí. Las aulas son como un horno. (Edilamar y Celia sin fijarse mucho en Paloma, siguen negociando quincallerías y valores) Hace demasiado calor... ¿Dónde vamos a parar? (Aturdida por el calor, se hace aire y apoya la cabeza con las manos, refrescando su cara con la temperatura de su botella de agua. Mientras habla Paloma, Edilamar va al baño a probarse una blusa.) Pronto ya no podremos salir a la calle ¿eh? Dios mío. Sales a la calle y llega una ráfaga de aire caliente... parece que estás dentro de una boca. Llena de dientes. Masticando. Hablando con la boca llena. A veces pienso que por eso todos están un poco así, convulsos... Es el calor... No puedes ni pensar con claridad... Todo pegadizo... Todo inflamado... “El calor lo distorsiona todo”. Escuché eso ayer. Ojalá hubiera sido de una persona real, pero fue en el teatro. Por eso, cuando puedo, voy al teatro. Para ver a la gente de mentira diciendo la verdad, para escapar un poco de esa gente de verdad que sólo dice mentiras... Me estuve preguntando a mí mismo... ¡Dios mío! Esto es algo tan antiguo y la gente todavía se involucra y participa. Acabas de llegar de la calle, en un rato tu cuerpo se acostumbrará. Ve al baño y échate agua en la cara.

Sale y se cruza con Edilamar que vuelve del baño.

EDILAMAR (Haciendo referencia a la blusa.) No ha quedado bien... Marca mucho aquí.

CELIA –Tengo otra opción: ¡rayas!

EDILAMAR –Las rayas me engordan, pero son bonitas, ¿eh? ¿Cuánto cuesta?

CELIA –Mira aquí... Buen material...

EDILAMAR –Sí, muy bueno el tejido.

CELIA –Sí sí, muy fino. No es el tipo de basura que te van empujando…

EDILAMAR –¿Cuánto?

CELIA –Mira, yo te hago esto, más la crema hidratante, más ese acondicionador que sé que te está acabando, te lo dejo por siete cuatro.

EDILAMAR –¡Uy, no, es mucho! Con lo poco que cobro…

CELIA –Guapa, pues págalo con el sueldo del 13º mes…

EDILAMAR –Cuento con ello para sobrevivir en enero, guapa…

Mientras los dos regatean los valores, Paloma sale del baño y los textos se cruzan.

PALOMA (Volviendo del baño.) No hay agua. A eso me refiero, ¿ves? Todos los años, lo mismo. Cuando empiezan las vacaciones, lo racionan. Creen que eso es la sostenibilidad. Piensan que si no hay estudiantes, ¿para qué tener agua? ¿Quién está aquí? No deberían estar aquí, deberían ocuparse de la vida. ¿Qué vida? Con este calor, ¿quién vive? Esta ciudad es cada vez más cara, ¿quién vive? Todo caro, todo lleno de gente, con el calor que hace, no es para ti, esta ciudad no es para ti, tú no eres para ti. Eres para el otro (Grita hacia afuera.) ¿¡Qué dices!? Pero aquí hay gente y no animales, ya te lo digo. Y aunque fuéramos animales, no se les niega agua.

Celia y Edilamar ponen cara a Paloma. Un silencio incómodo entre las tres. Permanecen así durante un tiempo.

PALOMA (Con dulzura.) ¿Alguien sabe algo de Vivian?


(Fragmento de Conselho de Classe –Consejo Escolar–)